Poker de voces

El teatro Calderón / Häagen-Dazs se llenó anoche para asistir al nacimiento de Poker de voces, un cuarteto ocasional que han formado cuatro de los protagonistas de la producción madrileña de Los miserables: Daniel Diges, David Ordinas, Gerónimo Rauch e Ignasi Vidal. Lo que comenzó en principio, dicen los artistas, como un divertimento, casi un desahogo musical, va creciendo; la venta de entradas del concierto de ayer hizo que ya desde hace unas semanas se programara una segunda fecha, el 23 de mayo, en el propio Calderón, y es muy posible que el espectáculo se lleve por toda España.
El otro día, a propósito del concierto dedicado a Sondheim en la sala Galileo Galilei, comentaba que la celebración de espectáculos así demostraba la buena salud del teatro musical español, espero que definitivamente consolidado. Poker de voces refuerza esa afirmación, y demuestra que ese universo del musical (donde de alguna manera se reproduce el fenómeno fan y donde abundan, y ahí me incluyo, los bichos raros) va expandiendo su superficie. No había más que ver cómo, más de una hora después de concluido el espectáculo, había todavía en la puerta de artistas varias decenas de personas (intuyo, por alguna conversación escuchada, que fanáticos de Los miserables), y que Ignasi Vidal tuviera que someterse (creo que los otros tres intérpretes habían ya logrado huir) a una sesión continua de fotos.
Por lo que se refiere al espectáculo, dirigido en lo escénico por Zenón Recalde (también guionista) y en lo musical por César Belda -garantía de calidad-, es un concierto aderezado por un guión ingenioso, divertido, irónico y lleno de referencias al mundo del musical (alguna incluso excesivamente "local", como el diálogo sobre las audiciones para El Rey León). Tiene momentos especialmente brillantes, como la parodia del tango de Chicago, en el que los cuatro artistas relatan sus peores momentos encima de un escenario; ideas interesantes, como los dos medley, uno dedicado a canciones escritas para mujeres, y otro ingenioso con varios showstoppers, a veces con referencias demasiado breves; y un excelente sentido del humor, que hace que los cuatro se rían de sí mismos sin complejos.
Pero la columna vertebral, como no podía ser de otra manera, son Daniel Diges, David Ordinas, Gerónimo Rauch e Ignasi Vidal, cuatro magníficos cantantes que atravesaron un repertorio basado fundamentalmente, pero no solo, en el repertorio del teatro musical: Jekyll y Hyde, La bella y la bestia, Rent, Los miserables, We will rock you, Hoy no me puedo levantar, Martin Guerre... Tango, soul y ópera -el momento "Il divo", como ellos mismos bromearon- completaron las canciones, defendidas con las armas artísticas exhibidas por los cuatro: la frescura y la claridad de Daniel Diges, la calidez y la expresividad de David Ordinas, la clase y el vigor de Gerónimo Rauch, y el arrojo y la efusividad de Ignasi Vidal.
Una velada que ojalá tenga continuidad en el futuro y sea el principio de una hermosa amistad...

Comentarios

  1. Últimamente parece que coincidimos en todos los espectáculo!!! Debe ser que yo también soy uno de esos bichos raros que pululan por los patios de butacas!

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