«Hambre, locura y genio»: Strindberg bajo la mirada de Juan Carlos Corazza


Desde que llegara a España desde su Argentina natal, hace veinticinco años, Juan Carlos Corazza se ha consolidado como uno de los grandes maestros de interpretación en España. Por sus aulas han pasado un sinfín de actores (no doy nombres porque la lista es extensísima), y es notorio el trabajo realizado con Javier Bardem para la preparación de sus papeles en varias de sus películas. Combina desde hace tiempo Corazza su labor pedagógica con su faceta de director de escena; la una -no hay más que verle y escucharle- se alimenta de la otra, son complementarias e indisociables. A lo largo de los años ha presentado varios trabajos con su compañía, el Teatro de la Reunión, que recientemente ha encontrado acomodo en el Centro Cultural del Conde Duque, donde ha presentado varios de sus trabajos, y .

El más reciente, sin embargo, lo ha llevado hasta el off del Teatro Lara. Se titula «Hambre, locura y genio», en el que Corazza vuelve a August Strindberg, un recurrente estribillo en su trayectoria; no en vano es uno de los padres del teatro contemporáneo. Me decía hace unas semanas, antes del estreno de este proyecto: «Strindberg es un autor de gran complejidad en los textos y los personajes; demanda un trabajo actoral muy grande, porque si la interpretación se apoya solo en la frescura y en la naturalidad, presenta problemas, pero al mismo tiempo pide cotidianeidad, y no se puede apoyar únicamente en el énfasis y en la palabra».

«Débito y crédito» y «El pelícano» son las dos piezas que se presentan en la sala Off del Lara, un espacio que posee un encanto especial pese a sus notables limitaciones. Corazza las ha reunido con un denominador común: el instinto devorador del hombre que, me decía el director argentino, es el mal del mundo y un asunto que preocupaba mucho a Strindberg. El dinero, la ambición y los favores son la columna vertebral de la primera; el hambre y la comida el leit motiv de la segunda. 

Corazza desnuda el escenario (de la necesidad virtud) y con unos pocos muebles consigue la ambientación deseada, que junto al vestuario sitúa la acción en un desdibujado novecentismo. Más que suficiente para darle a los textos la pátina temporal que necesitan para sonar naturales. Y es el texto quien manda en esta función. Un texto que nos muestra dos historias sencillas pero reveladoras del alma humana, de sus (sobre todo) miserias. Un texto espeso y sabroso, que hay que beber a pequeños sorbos, porque si no corremos el riesgo de atragantarnos. Un texto que reposa en la memoria del espectador y crece, si se ha sabido escuchar, horas después de oírlo y degustarlo.

Rafael Castejón, Ana Gracia, Manuela Velasco, Tamar Novas, Paula Soldevila, Pepe Lorente, Inés Higueras, José Gimeno, Raúl de la Torre, Laura Díaz, Manuel Chacón y Pilar Bergés son los actores (todos, en algún momento, alumnos de Corazza) que intervienen en esta función. Todos hacen su trabajo y se funden los unos con los otros, como un coro afinado y hacen de «Hambre, locura y genio» una pequeña joyita, porque es un espectáculo sencillo, sin más pretensión que la de caer como fina lluvia en los oídos (y tal vez en las conciencias) de los espectadores, y a la que hay que asistir con el corazón abierto y sin prisas.    

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