En el salón

En los últimos años (o esa sensación tengo yo) el teatro en Madrid (no conozco a fondo el de Barcelona) tiene un pulso y una vitalidad extraordinaria. Cuanta más crisis y más dificultades -que las hay, y muchas-, más fuerzas de flaqueza parecen sacar las gentes del teatro para encontrar nuevas fórmulas y nuevas vías de expresión. La proliferación de nuevas salas y espacios no convencionales es un ejemplo. Una de ellas es Azarte, situada en uno de los más bulliciosos barrios de la capital, Chueca.

No había tenido ocasión de ver allí ningún espectáculo, pero ahora me he estrenado con «En el salón», una función de María Inés González y Miguel Ángel Carcano, dirigida por éste último e interpretada por Elena Corredera, Sara Martín y Juan Vinuesa. 
Azarte es un espacio pequeño pero bien aprovechado, con tres salas, muy acogedora, que tiene una notable actividad tanto en formación, con cursos muy apetecibles, como en exhibición.

«En el salón» sigue esa tendencia crreciente de presentar obras cortas, un estilo que (doy fe) no es nada sencillo. Reúne cuatro historias distintas con un salón como escenario. Son situaciones cotidianas, actuales, con personajes cercanos y reconocibles y conflictos sencillos y divertidos. Está dialogada con frescura, viveza, y su mayor acierto es renunciar a ninguna pretensión ni «intensidad», por eso funciona perfectamente.

Por eso y porque sus actores están en sintonía con los textos. Son actuaciones desenfadadas, naturales, frescas, y la dirección ágil. Un espectáculo para pasar un rato entretenido, para distraerse y reírse mirándonos en el espejo de una cotidianeidad que podríamos ver en nuestro propio salón.