Nuevos públicos para la danza

El Real Conservatorio Profesional de Danza Mariemma creó, hace ya más de veinte años, un taller de coreografía que, con el tiempo, ha derivado en un proyecto -prácticamente una compañía, por organización y ambición- denominado Larreal y que, como extensión de la labor docente, se centra en «el desarrollo de jóvenes talentos y en la formación de buenos bailarines», según palabras de la directora del Conservatorio, Mar Mel.

El pasado fin de semana Larreal ha presentado un espectáculo en la espléndida Sala Valle-Inclán de la RESAD, titulado genéricamente «Jornadas de formación de nuevo público» (denominación poco afortunada, porque el público, formado básica e inevitablemente por amigos y familiares de los bailarines, no es muy significativo ni representa la idea que se busca. Aunque si se ha ganado a un solo espectador para la danza, bienvenido sea).

Asistí a la última función, el domingo, y puedo decir que he visto espectáculos «profesionales» de mucho menor nivel, tanto artístico como técnico. La factura de la velada fue extraordinaria: desde las luces de Olga García hasta el vestuario de Carmen Granell, pasando por el ritmo del espectáculo (que solo decayó con la excesiva duración de alguna de las coreografías).

Viendo el magnífico trabajo de los bailarines y coreógrafos me da más lástima y más rabia todavía la situación de la danza -especialmente la clásica y la española-, cada vez más pálida y ausente de nuestros escenarios, víctima propiciatoria de esta crisis especialmente cruel con las artes escénicas. En la RESAD vi a magníficos bailarines, con talento, preparación, entusiasmo y energía, que tendrán muy difícil poder dedicarse profesionalmente a la danza.

Me gustó mucho el nivel general de las coreografías; las de danza española, firmadas por Malena Mexía y Antonio Pérez, especialmente. Las dos son imaginativas, equilibradas, limpias y musicales, y también respetuosas con la tradición y sabias, muy sabias. Disfruté también con el montaje de Ricardo Franco del fragmento de «La bayadera» y con la brillante pieza de Goyo Montero, y algo menos con los trabajos de Sonia Rodríguez y Pedro Berdäyes, sin embargo también magníficamente bailados.

No cabe ninguna duda de que el trabajo de los profesores del Real Conservatorio Profesional de Danza Mariemma (también el de otros centros) está siendo magnífico, y a las pruebas me remito. Seguro que José Carlos Martínez y Antonio Najarro, los dos directores de las compañías nacionales, que vieron el domingo el espectáculo (mi aplauso para ellos) habrán tomado buena nota de ello.   
 

La foto es de Yolanda Morea

Comentarios

  1. Muchas gracias por tus comentarios, sólo decirte que se han realizado diez u once pases del espectáculo y únicamente tres han sido para el público en general, el resto o bien eran para colegios e institutos o para escuelas y Conservatorios de Danza, de ahí el título del evento, que tienen principalmente esa finalidad la de introducir a los jóvenes que no conocen para nada la danza.

    Eso sí, el fin de semana los que difrutamos fuimos los padres, amigos y familiares, que tampoco tenemos muchas ocasiones para verles! Un saludo.

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