«Women on the verge of a nervous breakdown» («Mujeres al borde de un ataque de nervios», el musical)


El primer personaje que aparece en «Women on the verge of a nervous breakdown», el musical basado en la película de Pedro Almodóvar «Mujeres al borde de un ataque de nervios», es una mujer vestida de torero. No recuerdo que apareciera en la película nadie así. ¿Tiene alguna explicación? Yo no encuentro otra que seguir explotando los tópicos sobre nuestro país. Confieso que esta imagen me produjo mucha desazón y puede que condicionara mi actitud hacia este espectáculo, que, en todo caso, me pareció espléndido. Yo pensaba que en 2015, en Europa, y gracias precisamente a las películas de Almodóvar, entre otras muchas cosas, la imagen de España ya no era la de un torero comiendo paella y bailando flamenco. Pero se ve que me equivocaba.

La mujer-torero es, sin embargo, el único signo español visible en este musical, escrito por Jeffrey Lane y David Yazbek sobre el guión de la que considero una de las mejores películas de Pedro Almodóvar. No vi Madrid ni su movida (la película es de 1988) por ninguna parte, ni la correcta música tiene ecos españoles (hay más bien sonidos mexicanos y tropicales en la partitura). El musical, que a pesar de su elenco (Patti LuPone, Brian Stokes-Mitchell, Sherie Rene Scott y Laura Benanti, entre otros), fue un completo fracaso en su estreno hace cinco años en Broadway (tan solo 69 representaciones, de ellas 30 previas), funciona relativamente bien en Londres, donde se estrenó a finales del año pasado. El patio de butacas estaba lleno en la función matinal de sábado a la que yo asisti.

Obviados todos esos condicionantes, «Women on the verge of a nervous breakdown» me pareció, aunque irregular, un notable espectáculo: fresco, dinámico, divertido y, en líneas generales, muy bien interpretado. Es una producción relativamente sencilla, con un único espacio en dos alturas en la que se modifican los elementos para crear los distintos escenarios. Y mientras la transformación en el apartamento de Pepa es magnífica, se quedan muy pobres las escenas del taxi (dos sillas y un volante, cuando el coche que ideó Almodóvar es uno de los iconos de la película) y la de la portera-testiga de Jehová, un personaje que pasa desapercibido.

Lo mejor de este musical, para mí, son las interpretaciones de tres de sus protagonistas: Tamsin Greig (popular por la serie de televisión «Episodes», entre otras), como la desesperada Pepa -es una magnífica actriz y una solo correcta cantante-; Haydn Gwynne, como la desequilibrada e inquietante Lucía; y Anna Skellern, que interpreta a la cándida e infatigable Candela, y que protagoniza el mejor número del musical, «Model Behavior».




   


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