«Amnesia», con María Hervás, dentro de la experiencia TeatroSOLO


Cuando me llamó Sandra, la responsable de Prensa del Centro Dramático Nacional, para contarme el proyecto TeatroSOLO e invitarme a vivir la experiencia, empecé a salivar. ¿Un espectáculo para un solo espectador? ¿Un espectáculo para mi solo? Yo tenía que estar ahí. Y cuando me llegaron las instrucciones mi curiosidad y mi excitación fueron en aumento: «Acuda a la localización solo, sin ningún tipo de acompañante y apague su teléfono móvil. Una vez en la localización aguarde en la acera a un lado de la entrada de artistas, y una vez allí aguarde. Llegue a la hora indicada. Ni antes ni después. En caso de llegar tarde, no podrá llevarse a cabo la función».

No fui del todo obediente. Diez minutos antes de la hora, ya estaba en la puerta de artistas del teatro María Guerrero, confieso que con una nerviosa curiosidad y dispuesto a disfrutar la singular experiencia. Llegada la hora, del teatro salió una hermosa mujer, embutida en una gabardina azul, con una voluminosa resma de papeles en la mano. No contaré cómo se produjo nuestro encuentro para no desvelar la sorpresa a aquellos que quieran vivir la experiencia (que es más que recomendable); pueden hacerlo hasta el 24 de enero; no solo en el María Guerrero, sino también en el Reina Sofía, la plaza de Lavapiés, el Ayuntamiento y el Metro. Son cinco historias distintas, dentro de un tan singular como fascinante proyecto denominado TeatroSOLO, que ha ideado y dirigido el argentino Matías Umpiérrez.

Es, os lo aseguro, una experiencia muy particular y excitante. En mi caso, además, algo rara, ya que conocía a la actriz, María Hervás, a la que admiro más todavía desde el viernes, día en que participé (no se puede decir de otra manera) en el proyecto: no es fácil mantener durante media hora (y supongo que con alguien conocido mucho menos) la concentración necesaria para transmitir al espectador con el que interactúa la emoción del personaje y de la historia. Así que ¡Bravo!, María, simplemente ya por atreverte y comprometerte con el proyecto.

 «Amnesia» es el título de la pieza que viví con María por distintos espacios del María Guerrero (no diré cuáles para seguir manteniendo el misterio). Se trata de una doble historia de tintes nostálgicos y mágicos; por un lado, la de una nerviosa e insegura actriz a punto de hacer una prueba y, por otra, la de un vívido recuerdo de juventud de la mujer. El texto tiene entraña y vuelo poético; a veces incluso demasiado, teniendo en cuenta que la actriz está a escasos centímetros del espectador y necesita una intimidad y una cotidianeidad en su lenguaje. Pero no es difícil seguir con interés el relato.

Ayuda -y mucho-, naturalmente, el magnífico trabajo de María Hervás, que sabe, por una parte, lidiar con las imprevistas respuestas de su interlocutor e improvisar respuestas. Su interpretación de la joven actriz, además, está llena de verdad, de claridad; expresa el relato con ternura e ilusión, y las lágrimas se asoman en más de una ocasión a sus expresivos ojos, que buscan todo el tiempo la necesaria complicidad de su interlocutor. Un regalo poder vivir con ella esta experiencia y convertirme, durante media hora, en su «compañero de reparto».

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