«Guys and Dolls» y «Funny Girl», dos musicales clásicos en Londres


No puedo ir a Londres y no ver un musical. Al fin y al cabo, casi siempre voy fundamentalmente a eso. En mi visita de hace un par de semanas cayeron dos títulos clásicos de Broadway: «Guys and Dolls» (1950), de Frank Loesser, Abe Burrows y Jo Swerling; y «Funny Girl» (1964), de Jule Styne, Isobel Lennart y Bob Merritt.

Son dos de los musicales más populares, especialmente por sus adaptaciones cinematográficas, protagonizadas por Marlon Brando (¡Sí, Marlon Brando haciendo musicales!), Jean Simmons y Frank Sinatra la primera; y Barbra Streisand (que la había interpretado también en el teatro; fue el punto de partida de su exitosa carrera) y Omar Shariff.

Son también dos ejemplos de una época dorada para el género, obras asentadas sobre sendas historias robustas; especialmente «Funny Girl», que se basa en Fanny Brice, una actriz que triunfó en Estados Unidos a principios del siglo XX. Poseen, además, notables partituras, más amable y cascabelera «Guys and dolls», con mayor mordiente «Funny Girl». «Luck Be a Lady» y «Adelaide's Lament» son las canciones más destacadas de la primera, mientras que de la segunda son archiconocidísimas «People» y «Don't Rain on my Parade».

Las dos producciones son impecables, presentadas con gran seriedad y de excelente factura tanto en lo escénico como en lo interpretativo. Imposible encontrarles un solo pero, salvo, especialmente a «Guys and dolls», un cierto aire rancio a la hora de presentar el espectáculo; por el diseño de vestuario y la peluquería no parecían haber pasado los sesenta años que han transcurrido. Quizás sean los gustos del público los que marcan esta puesta en escena. Con todo, insisto en que son los dos unos espectáculos magníficos.


Lo son también, y en buena parte, por su interpretación, que sigue los altísimos estándares de calidad del West End, a los que se suman, en ambos casos, la presencia de dos estrellas: Rebel Wilson en el caso de «Guys and Dolls» (interpreta a Adelaide) y Sheridan Smith, Fanny Brice en «Funny Girl». La primera es ahora mismo una de las actrices cómicas de mayor éxito en Hollywood, con películas como «Despedida de soltera» y «Dando la nota». Sobre las tablas destila carisma y buen rollo que contagia a sus compañeros y al público. Tiene una luz especial, lo mismo que Sheridan Smith, actriz británica que triunfó en la escena londinense con el musical «Legally blonde». Su presencia escénica y su convicción son sobresalientes, y su único punto débil fue su interpretación de la canción «People».

En fin, que los ingleses siguen siendo un ejemplo y un espejo donde mirarnos a la hora de llevar a cabo una puesta en escena.  

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